Cuando los «malos muchachos venden»
Lamentablemente tampoco me costo aceptar que se ignore el historial de abusos policiales. Nadie menciono la cobardía, a la salida del partido, de esperar a que se vayan los dirigentes de la barra para arremeter contra los espectadores restantes a las afueras de norte.
No merecieron ni una línea los aterrados gritos de mujeres y niños que se vieron en medio de tal tumulto. “Ahora pues, háganse los valientes” gritaban los patéticos uniformados, curioso cuando se lo dices a un niño que intenta saltar a los caídos y buscar mantener el equilibrio para no ser pisoteado como el resto.
¿No los vieron acaso? ¿No los escuchaban? Quizás el galopar de los caballos, las amenazas o el simple chorro de un “pinocho” se los impidió.
Las pobres victimas se vengaron de su querido coronel, pero ¿Con quién? Todo ese odio masivo de la hinchada no solo se debe a la descarada venta, eso fue la chispa. Se esconde, porque a la prensa no le interesa, un cotidiano desprecio a los derechos civiles.
Estoy hablando de faltas serias como agredir a los hinchas que no permiten colarse a revendedores, quienes están misteriosamente protegidos por un nefasto oficial que crea sus propias leyes, “déjala trabajar”.
Soportar el racismo y la discriminación en el ingreso del estadio se volvió tradición, ni entrar a una discoteca de la Costa Verde con sandalias y bermuda asusta tanto, sino pregúntele aquellos muchachos que los obligan a desnudarse por completo con tal que un tombo los deje en paz.
La salida es otra faena, como testigos esta aquella de tantas familias que fue botada a palos por no querer salir rápido del estadio, y pensar que estaban esperando que su hijo Víctor Balta salga del camerino; como no van a estar apurados si reniegan por ir hasta Ate a cumplir su labor.
Al menos esta noticia si mereció un cuarto de columna y el silencio de Cabanillas. Nadie recuerda porque la tan odiada Trinchera Norte fue fundada, todos parecen olvidar la ineptitud de la policía para impedir que barristas de sur hostigaran a los cremas de la antes pacifica Barra 
Oriente.
Esta resistencia se creo ahí, donde ni la prensa ni el estado se hacían presente. No hay que ser una comunidad aislada de la selva para sentirte enajenado de tu “nación”. Es cierto, bloquear carreteras y agredir a la tomberia no son las medidas correctas. Pero al menos el incidente del domingo si les llamo la atención, a pesar de ser relativamente pocos en la tribuna quienes atacamos directamente a algunos oficiales.
Sí, no somos santos. Aunque la gran mayoría, sé que no me quieren creer, no entramos en ese saco de ladrones y drogadictos que tanto les fascina a los medios. na acción de maltrato a un espectador exigió una reacción por respeto.
No se vaya a pensar que el objetivo es una anarquía tribunera; todo lo contrario, se busca orden en un ambiente donde la macana y el escudo alucinaron un nuevo autoritarismo. Sin justicia no hay paz, surge la inestabilidad. na vez más la PNP genera el caos.
Escrito por :Lido
TRINCHERA NORTE ¡ 20 Años de pasión !
La emblemática Trinchera Norte cumple hoy 20 años de vida y sentimiento, de seguir y apoyar a Universitario y de pintar de crema los estadios del Perú y el mundo.
En un pueblo al norte de Lima, un 9 de noviembre de 1988, tres jóvenes fanáticos del club Universitario de Deportes concibieron la simiente de algo que con el tiempo congregaría a miles de hinchas cremas y provocaría un fenómeno social nunca antes visto en el país.
Se fundó la barra Dale (U) Norte, en la actualidad Trinchera Norte, la Barra popular de Universitario de Deportes. Desde aquella tarde es habitual ver siempre este grupo de muchachos que con el correr de los tiempos comenzó a crecer y se convirtió en la barra más importante y numerosa del Perú.
A donde vaya Universitario, ahí están ellos, siempre, en las buenas y malas; alentando con cánticos que hace estremecer los estadios del todo el mundo y llevando el sentimiento del pueblo crema.
La barra se formó para alentar a Universitario y todos aquellos que quisieran ser sus soldados en la tribuna tenían que dejar la garganta en los noventa minutos del partido. Poco a poco empezaron a llegar también: el primer bombo de color rojo, la primera bandera oficial en la popular, el primer viaje a provincia, etc.
Todo se formó por amor a Universitario: el aliento, el espectáculo con papel picado, el humo de color rojo y las banderas que empezaron a llenar la tribuna: “Testigo de una pasión”, “Preso de un sentimiento”, “Soy vida pasión y muerte, soy de la U”, y tantas otras más.
Hablar de Norte es también recordar la revista Pasión Popular, revista radical del hincha crema, su pluma llena de adrenalina crema era esperada con ansias por todos aquellos hinchas tribuneros que compartían la mística de ser una sola familia y de cultivar el aliento a nuestra amada “U”.
Recordar aquellos primeros momentos de la popular, es recordar también los nombres de aquellos que le dieron vida: el Cuervo, Ríos, Picon, El Chino Campos, Hulk, Carnero, Jaramillo, Torrealba, Curay, Foreman, Pallet, Doberman, Chapulin, Metal, La Galleta, Chaveta; y también a Los Fúnebres, el primer grupo formado en Norte.
Y por supuesto, tenemos también que recordar a los que ya no están con nosotros: Misterio, Rukely, Moticuco, Sinho, Chicho; ellos desde el cielo también cantan y alientan en cada partido que la “U”.
La Trinchera Norte creó un estilo propio, que luego quiso ser imitado por los eternos rivales, pero nunca pudieron hacerlo, no llegaron ni tan siquiera a los talones de nuestra gran hinchada.
¡ Felicidades Trinchera Norte y sigamos de la mano por el camino del éxito juntos !
¡ 20 Años de pasión !
¡ 20 Años de pasión !
¡ 20 Años de pasión !
LA HINCHADA MÁS GRANDE!
Tal vez para muchos los viajes para ver al campeón sean cosa de rutina, ya que domingo a domingo se presentan en los estadios para alentarlo, pero este era con un sabor distinto en una tierra distinta y donde no seriamos locales como estamos acostumbrados, es por eso que queremos compartir con todos ustedes esta crónica, la crónica de una aventura llamada Q(U)ITO.
12 del dia nos juntabamos desde muy temprano en el entrañable LOLO FERNANDEZ para comenzar a organizar las cosas que se iban a llevar, los muchachos comenzaban a llegar y los tragos se comenzaban a tomar porque como se dijo desde el principio era un viaje distinto, despues de eso comenzaba la aventura desde fiori donde por economia de la gente se decidio hacer escalas hasta por fin llegar a tumbes, cabe recalcar que la travesia estuvo llena de anecdotas, los tragos iban y venian, los cantos, bromas entre la gente «LA CONSIGA – EL QUE DORMIA PERDIA» y vaya que más de uno recibio más de una broma por parte de la gente.
Una vez en tumbes buscamos donde comer y darse un baño ya que era vital en un viaje tan largo, las risas seguian, las cervezas seguian corriendo, y el amor que difundia la gente cada vez que alguien se nos acercaba y nos preguntaba ¿qué se van hasta quito? era despanpanante.
Despues de hacer los quehaceres decidimos ir a migraciones pasar requisitoria, más de uno tenia miedo, pero al final todos pasamos, cerca de 40 almas llenas de ilusiones cruzaron caminando la frontera para por fin enrumbarnos hacia nuestro destino… Q(U)ITO.
10 horas viaje nos faltaban para el destino final, 10 horas que ya se comenzaban a sentir despues de 26 horas de viaje pero el punche de la gente por ver a la crema fué más y es asi que por fin llegamos, teniamos que buscar hospedaje asi que nos movilizamos rapido, una vez instalados decidimos salir a conocer ese pais donde su máxima atracción es una universidad donde te demoras en llegar varias horas, asi que decidimos seguir los preparativos, tragos iban y venian en el hotel, los cantos, compartiendo anécdotas de viajes pasados hasta altas horas de la madrugada, ya casi con el amanecer decidimos irnos a dormir, necesitabamos descanzar el cuerpo para lo que seria el aliento constante en la tribuna y vaya que lo fue.
Desde la 1 de la tarde estuvimos concentrados en el hotel donde estaba hospedado el equipo, con las 20 banderas flameables, el bombo, tarola, murguero, silvatos, pirulines y las 17 bengalas que le dieron el color a esa tarde fria y con lluvia en el Estadio Atahualpa.
3.30 comenzaria la caminata rumbo al estadio, comenzariamos el ingreso a la tribuna que nos fue escogida y de inmediato comenzariamos el folclore tribunero (colgado de banderas, la previa, etc), sale el equipo y era como si el Atahualpa comenzara a quemarse las 17 bengalas comenzaron a prenderse enmudeciendo todo el estadio y a esa pseudo barra que nunca fue rival para nosotros.
Del partido no hay mucho que comentar, errores garrafales que nos eliminaron de la copa y un «9» que más parece un cero a la izquierda como lo es malingas (LARGATE CONCHA TU MADRE), lo que si vale recalcar es el aliento incansable a pesar del frio, la altura y de estar a miles de kilometros de casa en inferioridad numerica, y es que ese estadio por fin conocio lo que esel amor puro, conocio el verdadero aliento de una hinchada que deja todo por esta camiseta.
Fueron 90 minutos de aliento incondicional, a tal punto que al terminar el partido, hinchas del equipo rival postrados en la tribuna que nos fue concedida volvieron sus miradas hacia nosotros mientras se retiraban y nos aplaudian, la clase de aliento que se dio fue única y jamás podra ser repetida por ninguna otra hinchada porque…
SOMOS LA HINCHADA MAS GRANDE CON MAS ILUSIONES.
BARRA (( U )) ORIENTE—TODO POR LA (( U ))
7 de Agosto 1924
FTE:TODOPORLAU.COM
Misterio (Radiografía del hincha)
«Se trata de una violencia como defensa de los colores, una violencia instrumental que no es efectista sino simbólica, llamada a demostrar su presencia en la sociedad». Tito Castro, antropólogo e hincha de la U, me explica que la Trinchera Norte justifica su violencia y su justicia del ojo por ojo como medio para ser reconocida. Percy Rodríguez Marchand fue como la mayoría de barristas provenientes de sectores urbano marginales que no tienen posibilidades de afirmar su identidad en el trabajo o los estudios: sólo les queda la calle.
Castro asegura que «Misterio encontró en la barra la familia que no tuvo, y en su grupo de barrio el sistema social que no halló en otro lado. Encontraba en su reconocimiento como héroe callejero una realización personal que luego se vio coronada por el reconocimiento que los medios de comunicación le otorgaron».
Y si no era Misterio, pudo haber sido cualquier otro cabecilla de la Trinchera al que le tocara vivir la circunstancia de ser elevado al estatus de símbolo. Alguien a quien su carisma y una muerte trágica inmortalizaran al punto de convertirlo en la leyenda que sea reflejo de la violencia propia no sólo de grupos radicales, sino de la sociedad en la que vivimos.
Cuando la mañana del 17 de mayo de 1997, Misterio, entonces presidente de la Trinchera Norte, celebraba en su casa el aniversario de la barra Oriente de la U junto a seis miembros de Locura, comenzó a jugar con su arma. Eran cerca de las siete y había consumido tantas drogas y alcohol que su inconciencia no le permitieron llevar bien la cuenta de los leves clics que sonaban cerca de las sienes de sus amigos. Había sólo una bala en el tambor. Misterio apuntó a su cabeza, apretó el gatillo, y se convirtió en un héroe por azar.
EL KUBIL
La descuidada puerta de metal de la cuadra 15 del jirón Libertad no hace sospechar que, desde hace seis años, ese local con apariencia de abandonado taller de mecánica es el hogar de la Trinchera Norte. Lo bautizaron como el «Cubil» y su creación fue iniciativa de Raúl Santos o «Chapulín», actual presidente de la TN por tercer año consecutivo.
Chapulín es uno de los pocos líderes de la Trinchera que conserva algún recuerdo de los fundadores de la barra, pero no quiere hablar. Los únicos que tratan con él son los 30 hinchas de la Turba que viven en el Cubil, hacinados en un cuartito. Pregunto si alguno conoció a Misterio y nadie responde. Luego de varios minutos de dar vueltas entre miradas de desconfianza, el Mono me saluda.
Mono conoció al Misterio de los últimos años, cuando se fue a vivir a un cuarto alquilado. Mono sabe que la policía responsabilizó a Misterio por las muertes de hinchas aliancistas acuchillados o baleados en alguna calle perdida de Lima. Para Mono, como para todos los hinchas del Cubil, Misterio es un modelo a seguir. «Misterio era bien matarife, se los traía encima, se los almorzaba. Así imponía respeto».
Misterio:la calle fue su trinchera
La vida exagerada de Percy Rodríguez Marchand, Misterio.
Le decían Misterio, y de ser un hincha más de Universitario de Deportes pasó a personificar el paradigma de la Trinchera Norte. Para la policía, no fue más que un delincuente juvenil al que el destino llevó a personificar las ansias de reconocimiento social.Escribe MARICARMEN CHIRINOS
En el fútbol no existen reglas ni fórmulas ganadoras. Misterio, Percy Ramón Rodríguez Marchand, ese dirigente de la barra brava de la U cuya trágica muerte lo convirtió en icono de un sentimiento, quiso que su vida fuese como el fútbol: regida por el azar.
«Mi vida va para todos lados», respondió Misterio cuando el Cuervo le preguntó por ese graffiti que dibujó en una pared y que luego se convertiría en tatuaje sobre su brazo izquierdo. Las cuatro flechas que apuntan a los puntos cardinales y que responden a las letras N, O, R, T, E quedaron inmortalizadas tras su muerte.
El Cuervo toma un sorbo de su gaseosa e imagina que si Misterio resucitara y comprobara el poder que tiene su imagen en la Trinchera Norte, se volvería a pegar un tiro con la misma pistola Taurus calibre 38 con la que se mató una mañana de 1997, jugando a la «ruleta rusa». Y se volvería a morir feliz de la vida.
«Porque a Misterio le gustaba contar sus hazañas, le gustaba figurar. Quería que lo reconozcan». José Bonilla, el Cuervo, toma otro sorbo y aclara de entrada que Misterio no estuvo entre los fundadores de la Trinchera Norte el 9 de noviembre de 1988, y que la razón de su apodo, pese a las innumerables versiones existentes, siempre fue un real misterio hasta para la gente de la Trinchera.
Cuando en 1995 ambos compartieron la dirigencia de la barra, era evidente que nunca se pondrían de acuerdo. Bonilla era el ideólogo, el pensamiento Trinchera, el que auguraba las tres etapas por las que debía pasar la Trinchera Norte: la toma de la tribuna, la toma de las calles y la toma de la U. Todo era tomar.
Misterio representó la fuerza de choque. Fue el muchacho matón y carismático que se hizo conocido como «parador»: sabía detener como ninguno el avance de los aliancistas en las guerreadas.
A Percy Rodríguez, Misterio, la vida fue una guerreada continua. Su infancia estuvo marcada por dos autogoles, su padre lo abandonó y su madre murió poco tiempo después. Creció con la familia de sus tíos en Mangomarca (SJL), un hogar dónde todos eran hinchas del Cristal. «Entonces yo me volví de la U para darles la contra», contó una vez. A Misterio o «el Loco», como le decían sus amigos, la Trinchera Norte le dio el reconocimiento y la solidaridad que nunca encontró en casa.
(ANTI) HÉROE POPULAR
Misterio llegó a la barra brava en 1989, con sus 18 años a cuestas, pero se hizo «alguien» cinco años después, cuando con Curay, Foreman, Payet y Godzuky implantan por la fuerza el gobierno de La Cúpula.
«Fue durante un viaje a Arequipa», recuerda el Cuervo. Al mando de La Cúpula, la Trinchera Norte se radicalizó.
«A La Cúpula todos le temían, desde el presidente hasta el último hincha, pasando por los jugadores y periodistas». El Cuervo recuerda que tras la goleada que le propinó Alianza Lima (6 a 3), la Trinchera entró a los camerinos para exigirles a los jugadores sudar la camiseta. De los gritos pasaron a los golpes y el «Puma» Carranza le pegó un combo a Rukely, un hincha que también murió más tarde jugando a la ruleta rusa. En una escena delirante, «el gordo» Alfredo González ñen ese momento presidente de la directiva de Universitarioñ intervino para apaciguar los ánimos. Las semanas siguientes se vivió un ambiente de tensión en el Lolo Fernández. Cuando llegó el aniversario del club, el 17 de agosto, «el Puma» se olvidó de las poses matonescas y buscó hacer las paces con la Trinchera: fiel a su estilo se los ganó con cinco cajas de cerveza.
Cuando la mística se perdió, el interés de las directivas se centró en el manejo de las entradas más que en el aliento al equipo.
Ellos, como el Cuervo, optaron por alejarse. Misterio no. Del muchacho carismático que trabajaba como vendedor de acciones en la Bolsa de Valores de Lima no quedaba nada y se fue transformando en un lumpen más. Tanto así que se volvió un extraño hasta para su novia de toda la vida, Giovana, conocida como «Decoradita», por sus pecas.
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SENTIMIENTO CREMA 